Cierre fronterizo encarece precio de la carne

El veto estadounidense al ganado en pie desde México encarece el mercado nacional; el ganado flaco sube hasta 30%

Mientras persiste la restricción estadounidense a la importación de ganado en pie desde México, ganaderos del norte del país enfrentan un drástico reacomodo en el mercado cárnico: los precios del ganado flaco se han incrementado entre un 25 y un 30%, y la incertidumbre sobre el restablecimiento del comercio internacional sigue latente.

“Muchos lo ven como una tragedia, pero para quienes estamos en el mercado nacional, esto ha significado una fuerte subida de precios. El ganado flaco se encareció mucho porque las grandes empresas ya no están trayendo de Centroamérica como antes”, explicó un comerciante ganadero que pidió el anonimato por razones profesionales.

El alza, aseguró, se debe a dos factores principales: menor disponibilidad de ganado de importación, debido a las trabas sanitarias, y aumento de la demanda local, especialmente por parte de engordadores que solían abastecerse desde fuera del país.

A esto se suma un incipiente desabasto: “Sí hay tensión en el mercado, aunque aún no se ha sentido con fuerza. Las empresas que siguen exportando carne empacada lo hacen con normalidad, pero el flujo de ganado en pie ha bajado”.

Mientras el precio de la carne de res sube, los consumidores comienzan a optar por alternativas como el pollo y el cerdo, pero incluso esas alternativas también se han encarecido más de lo que parece.

“El pollo subió de 33 a 55 pesos el kilo en pierna nacional. Es casi un 60%, pero no lo notamos porque la mayoría se vende empanizado, con harinas que no son carne. Es competencia desleal: compites contra algo que no es 100% proteína”, argumentó.

Paradójicamente, dijo, los precios de los granos e insumos no han tenido incrementos considerables, por lo que los ajustes no se justifican desde el costo de producción.

“Yo creo que es más bien un tema de alcance en la oferta: la demanda superó a la producción y eso provocó alzas en todos los tipos de carne”, indicó.

EL CIERRE FRONTERIZO Y SU INCERTIDUMBRE
Sobre el tema que detonó el desequilibrio, el cierre del mercado estadounidense al ganado en pie por la presencia del gusano barrenador, el comerciante se mostró escéptico de una solución a corto plazo.

“El gusano no es sólo un problema animal, también afecta a humanos. No creo que los gringos reabran tan pronto, son muy estrictos. Hasta que no haya resultados contundentes de las campañas sanitarias, no lo van a considerar”, señaló.

Estimó que la expectativa de una reapertura este año se ve remota: “Diciembre pasado decían que en abril se abría. Ya estamos a mitad de año y la respuesta fue simplemente ‘patear el bote’. La verdad es que cada vez nos exigen más”.

Consideró que aunque la situación aún no es crítica, refleja un punto de inflexión en el mercado cárnico nacional, ya que el alza en los precios, la competencia desigual con productos procesados y la falta de certeza sobre el comercio exterior, obligan a replantear tanto estrategias de producción como de consumo.

“Yo tengo mil 800 cabezas y las alimento todos los días. A veces es más fácil opinar cuando tienes 100. No es tragedia, pero tampoco es menor el ajuste que viene”, concluyó el entrevistado.

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