En México, millones de personas enfrentan enfermedades poco comunes, pero carecen de diagnóstico oportuno, tratamientos accesibles y apoyo institucional
En México, alrededor de 5 millones de personas viven con enfermedades autoinmunes o de difícil diagnóstico, y enfrentan una preocupante falta de respaldo por parte de las autoridades de salud, señaló la diputada María del Mar Treviño Garza.
La legisladora explicó que esta cifra representa aproximadamente el 4% de la población nacional, la cual requiere mayor apoyo para enfrentar estos padecimientos.
En cuanto a la Secretaría de Salud, subrayó que hacen falta programas de capacitación específica dirigidos a profesionales de primer contacto, que les permitan identificar oportunamente los síntomas de estas enfermedades.
“Es indispensable fortalecer la red de atención especializada en áreas como reumatología, inmunología y otras especialidades relacionadas con las mismas, además se deben impulsar campañas informativas dirigidas a la población general para aumentar el conocimiento sobre estos padecimientos y reducir el estigma asociado”, enfatizó.
Agregó que, por encima de todo, lo más urgente es garantizar el acceso a tratamientos innovadores y de calidad para quienes padecen enfermedades autoinmunes y crónicas en todo el país.
También hizo un llamado a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social para que implemente políticas laborales que promuevan la inclusión y permanencia en el empleo de personas con estas condiciones de salud.
Esto incluye, dijo, la sensibilización de empleadores respecto a las necesidades especiales de dichos trabajadores, así como el establecimiento de esquemas de trabajo flexible y teletrabajo, y mecanismos eficaces para prevenir y sancionar la discriminación laboral por motivos de salud.
En cuanto a la Secretaría de Educación Pública, la diputada lamentó la ausencia de protocolos específicos para la atención educativa de estudiantes con enfermedades autoinmunes y crónicas.
“Es necesario capacitar al personal docente sobre las características y necesidades particulares de estos alumnos, implementar programas de educación flexible que les permitan continuar su formación académica durante periodos de crisis o tratamiento, y fomentar entornos escolares inclusivos y libres de discriminación para los estudiantes que viven con estas enfermedades”, explicó.